¿Cómo mantener el equilibrio de nuestra flora intestinal?
Una forma es con la ayuda de alimentos fermentados como el chucrut. Lo puedes añadir en tus ensaladas, como guarnición de un plato principal, o puedes tomar 1 cucharada sopera al día o de 3 a 4 veces por semana y estarás llevando un buen aporte de probióticos a tu organismo sin necesidad de tomar suplementos adicionales.
La mayoría de los chucruts que venden envasados están procesados o llevan aditivos, por lo que no son tan beneficiosos para nuestro aparato digestivo. Te comparto esta versión casera que preparo, mucho más natural y más barata que las que venden en el supermercado.
Para hacerla solo necesitas 2 ingredientes: 1/2 repollo mediano y sal yodada, además de un frasco de vidrio previamente esterilizado con agua hirviendo.
Preparación:
Lava bien el repollo con una mezcla mitad agua y mitad vinagre. Descarta las hojas dañadas.
Reserva las hojas más grandes y externas del repollo.
Corta el repollo en tiras lo más finas posibles, ponlas en un bol y añade sal (entre 1/2 ó 1 cucharadita).
Masajea fuertemente el repollo para romper su estructura celular y suelte líquido durante unos minutos.
Deja reposar durante 10 minutos.
Coloca el repollo en el frasco y ve presionando con una cuchara o con los puños para que no quede aire entre las hojas. Añade el líquido que haya soltado.
Haz rollitos con las hojas enteras que habías reservado y ponlos encima de las tiras de col hasta llenar todo el espacio libre.
Cierra el bote herméticamente y consérvalo en un lugar seco y oscuro de 5 días a 1 semana (o hasta 4 semanas si prefieres). No lo abras durante ese tiempo, para que fermente y obtenga su sabor fuerte y un poco picante.
Sabrás que está fermentando porque verás burbujitas en el tarro.
Pasado el tiempo, abre el bote, retira los rollitos y guarda el chucrut en la nevera. Se puede conservar durante meses.